La Represa Hidroeléctrica de Salto Grande constituye la primera obra de integración de América Latina, cuya función primordial consiste en producir energía eléctrica para las repúblicas de Argentina y Uruguay. Se trata de una obra de aprovechamiento múltiple, construida sobre el río Uruguay a modo de condominio binacional, por lo que su operación se efectúa en forma conjunta y la paridad se proyecta a todos los niveles. Se ubica en un paraje denominado Ayuí (agua que corre, en lengua guaraní), unos 13Km. al norte de la ciudad uruguaya de Salto y a unos 18Km. de la ciudad argentina de Concordia.
Las obras de construcción de Salto Grande comenzaron el 1º de abril de 1974, y en los momentos picos, llegaron a trabajar en forma ininterrumpida más de 4.500 operarios. La primera etapa, considerada como la más difícil, consistió en la construcción de dos enormes terraplenes transversales a la corriente del río, de casi 600 metros de longitud. Posteriormente se construyó paralela al río, una ataguía con cilindros metálicos resistentes a la erosión, conformándose con todo un recinto estanco de donde se extrajo el agua mediante un sistema de bombeo, quedando al descubierto el milenario lecho rocoso. Recién entonces comenzaron las excavaciones hasta 30 metros de profundidad para construir las fundaciones de hormigón
La obra, que quedaría oficialmente inaugurada el 27 de mayo de 1983, incluye una represa de 69mts. de altura y de 39mts. sobre el nivel del río; un embalse de 78.300 hectáreas; dos salas de máquinas interconectadas y equipadas cada una con siete turbinas tipo Kaplan; un puente internacional que se suma a los existentes entre Colón- Paysandú y Gualeguaychú- Fray Bentos; una extensa red de transmisión eléctrica que suministra la producción de Salto Grande a los sistemas de Argentina y Uruguay, y que además está conectado a la red de la central de Yacyretá.
Concordia encamina su propuesta hacia la contemplación arquitectónica y la visita a numerosos sitios dedicados a la conservación de la historia local y regional.